En la parte III de la saga de los padrinos, el viejo Don Altobello es un mafiosa ya retirado, que estubo aliado en su día a la familia Corleone. Su función era ser consiggiere del jefe de otras de las más importantes familias asentadas en Nueva York, los tatagglia entre 1955 y 1961, llegando a ser el Don en esta familia en 1.962. En la época que se desarrollaban los acontecimientos narrados en el Padrino III, Altobello se había convertido en un gran amigo y aliado de los Corleone, llegando a donar en un acto de inauguración la cifra de un millón de dolares para la Fundación Vito Corleone, de la cual él es parte. Además, este anciano es el padrino de bautizo de la hermana de Michael Corleone, Constanza Corleone.
Michael Corleone comienza a sospechar que Altovello está detrás del intento de asesinato de todas las familias y sus comitivas que habían asistido a una runión convocada, celebrándola en el salón de uno de los hoteles má lujosos. En plena reunión de la Comisión de las cinco familias de Nueva York, Altobello abandona discretamente el salón donde se va ha producir el atentado provocado mediante un helicóptero y diverso armamento de guerra. Tras las serias sospechas que se ciernen sobre Altobello, Michael Corleonne ordena a su sobrino Vincent Corleone que manifieste su lealtad al anciano, pero sin comprometerse nunca de traicionar a su persona.
Ya en Sicilia Altobello contrata los servicios de un sicario, la Mosca, para poder dar muerte a Michael Corleone en el Teatro Massimo de Palermo, aprovechando que el hijo de éste, Anthony Corleone, va a debutar como cantante en la obra Cavalleria Rusticana. Antes de comenzar el espectáculo, Connie, la ahijada de don Altobello, le regala una caja de canollis (que se trata de una pasta dulce típica de Sicilia) con motivo de celebrar el aniversario del anciano. Los canolli se encontraban envenenados y, de esta forma, dan muerte de una manera tan sutil en su asiento, bajo la atenta mirada de Constanza Corleone.
Escalera del Teatro Massimo
El cannoli a la siciliana se prepara la masa con 300g de harina blanca, 30 g de azúcar, 25 g de mantequilla, 1 vaso de vino blanco marsala, 1 pizac de sal, 1 huevo para dar brillo. Mezclarlo con mucha energía hasta obtener una mas elástica y homogénea. Formar una bola, cubrirla con una servilleta y conservarla en en un lugar fresco, pero no frio, durante media hora aproximadamente.
Trabajar nuevamente la masa durante unos minutos y dejarla descansar media hora antes de darle una amasada y estirarla formando un hojaldre muy delgado.. Cortar la masa en cuadrados de unos qo centímetros y darles brillo pincelándolos con huevo batido. Enrollarlos sobre los cilindros untados con aceite, comenzando por una punta y uniéndola con la punta opuesta, Comprimir la masa para que quede fime en los puntos de unión y freir en abundante aceite muy caliente. Antes de retirar los cilindros dejar enfriar bien, haciendo la operación con delicadeza para impedir que el canolli se rompa. Pasar requesón por el tamiz y mezclarlo con el azúcar, las cascaras de naranja confitadas, el chocolate rallado, la vainilla y el ro.
Rellenar los canolis con este compuesto y decorarlos en las puntas trocitos de fruta confitada.